Día 03.07.05 Domingo
Total
Día
esplendido – mañana fresca
Como ya es
costumbre, nos levantamos con el alba. Tomamos algo de fruta y cogemos el Camino
para dirigirnos a Villafranca de los Barros. De Los Santos salimos por el puente
Viejo (sobre el río Robledillo). Son las siete menos diez de la mañana. Campos
cercados, viñas y oliveras, nos acompañan un buen trecho.
El Camino no está mal. Antes de llegar a
Villafranca, siguiendo la vía del tren, pronto, llegamos a un puente que nos
permite salvar la autovia y pasar al otro lado. Este trayecto está bien
señalizado, pero hay que seguir recto, el camino sigue más o menos perpendicular
a la autovia, después hay que estar atento el camino gira a la izquierda y nos
dirige rectos al pueblo de Villafranca, que esta a unos cuatro kilómetros. Como
yo iba delante de las nenas, las espero en la plaza Mayor, en donde encontramos la iglesia
de
Entramos en
Mérida por el puente romano. Sin
entretenernos mucho nos dirigimos a visitar sus famosas ruinas, el Anfiteatro,
el teatro, acueductos….etc. Al medio día, nos ponemos en marcha hacia la presa
de Proserpina, próxima parada para comer y descansar. Llegados a la presa (playa
de Mérida) nos apalancamos en uno de sus múltiples chiringuitos y reponemos
fuerzas. En su agua nos estuvimos bañando hasta pasadas las cinco de la tarde.
Reanudamos
el camino hacia El Carrascalejo. Merece la pena recordar que a unos tres
quilómetros del ultimo chiringuito del pantano, dejamos la carretera girando a
la izquierda y adentrándonos nuevamente en el bosque de encinas y alcornoques.
Por el camino, nos paramos a hacer algunas fotos al animal mas omnipresente, el
cerdo. Atravesamos Carrascalejo y bajamos a un arroyo, el Camino continua hasta
la autovia que atravesamos por un puente. El Camino continúa ascendiendo. Un
cruceiro nos anuncia la proximidad del pueblo. Al rato llegamos al albergue
y nos instalamos en el. Hacemos la colada y limpiamos las bicis. El albergue
tiene un patio estupendo y una mejor manguera de agua. Poco después, saludaba a
A
las once nos íbamos a dormir acompañados de su grata conversación y consejos.